martes, abril 14

Cuarenta días en la cocina de Mangoroso

Digamos que después de la cena de anoche, y todo lo que comí mientras cocinaba, hoy quedé con poco apetito y menos ganas de lavar platos. Hoy quiero empezar un nuevo experimento (desde luego, toda mi vida lo ha sido, desde el momento en que nací en Canadá, país adoptivo de mis padres): es decir, apuntar por 40 días (he pensado en hacer sólo 30 días, pero no lo voy a cambiar, sólo por pereza--porque ya dije que serían 40 los día y no 30) lo que como y lo que significa para mí.

Lo del significado viene de una entrevista que me hizo un joven estudiante de business, que está siguiendo un curso de folklore en la universidad, y quién me preguntó por qué hacía lo que hacía. En el contexto de la entrevista, hablábamos de otra cosa, de la joyería artesanal. Buscaba la relación entre los artículos que fabrico e mi percepción del mundo que me rodea. Al momento, le dije que no siempre tenía que haber un significado más profundo que la satisfacción que me da fabricar cosas con mis propias manos. Una respuesta parnasiana. Pero la pregunta me ha dado para pensar. ¿Y por qué no aplicarla a la cocina? Al fin y al cabo, nos explicamos a través de la comida, ¿no? Nos identificamos con ciertas culturas, expresamos nuestras afinidades y preferencias a través de un esquema personal que a veces encaja con otro cultural...a veces, no.

Nuestra cocina es bastante "huertófila" y nuestro lema, "rusticum bonum est". En la cocina de cualquier cultura, logro encontrar las recetas más rústicas y más ricas, por sencillas pero nutritivas. "Comida de granjeros", casi.

Bienvenidos a nuestra casa virtual. Siéntense cómodos y disfrutemos durante los próximos cuarenta días el menú de nuestra cocina.

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