Realizados los debidos viajes veraniegos, me encuentro entre dos continentes, dos países y diversas lenguas: el inglés hablado en casa de mis padres, con buen acento coreano, el italiano de mi marido, el francés québécois que está aprendiendo mi hermana y el español libresco que me sirve para mis fines académicos, y que ahora leo, escribo y hablo peor que antes y con cada vez más influencia italiana en mi acento y mi léxico.
Esta vez, sin embargo, vuelvo enriquecida por la clausura de un círculo verdaderamente vicioso que nos consumó a todos durante ocho años -- un drama familiar que se ha resuelto por fin en modo agridulce -- y que me ha pesado en modo particular, como suele suceder a los que asumen el papel de intermediarios y negociantes de la paz en cualquier familia.
Aparentamos filosóficos y tranquilos los que se encargan de este papel, pero debajo de la superficie yace un sistema complejo de nudos contradictorios y señales perdidas. Es que cuesta hablar en algunas situaciones y en otras puede resultar fatal. Hay que hablar, hay que comunicar; al mismo tiempo, hay que escuchar y hay que reflexionar.
¿Qué tiene que ver todo esto con la cocina? Mucho: pues, la cocina es donde reflexiono, donde recuerdo cosas, donde mido la harina y verifico que haya todos los ingredientes necesarios...es un laboratorio donde se curan las cicatrices, se cuida la piel y se organiza nuestra alimentación. Aquí, no hay idioma, no hay confusión, sólo aceite de oliva y el perejil que crece en nuestro jardín.
Bienvenidos de vuelta, de nuevo.
2 comentarios:
Anita:
Que bueno volver a saber de ti. Ya veo que estás hecha toda una cocinera; yo me conformo con hacer el pan y los postres. Te cuento, estamos en Galicia, un magnifico lugar para ejercitar de las papilas gustativas. No falta un espectacular marisco, una carne de primera (ternera y de cerdo) un queso cremoso que se funde de placer (tetilla) y todo esto decorado con un buen vino blanco (Albariño). Platos típicos como "Lacón con grelos", "Cocido" y sobre todo la inigualable "Empanada"; una versión sofisticada de la "primitiva pizza"...jajaja. Para que te atrevas e impresiones a tus invitados te "regalo" este blog que se ha convertido en mi biblia culinaria: http://lacocinadelechuza.blogspot.com/
A kiss 4 you, un abbraccio per il ragazzo et un bissou pour ta soeur.
Tienes un blog buenísimo y sabroso!!! Cierto es que la puerta de la cocina a veces nos separa del mundo y es "nuestro espacio" para pensar en aquellas cosas que requieren un momento especial. Un saludiño.
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