sábado, marzo 22

Una cena rica y sencilla

Anoche cenamos mucho más tarde que de costumbre (que para nosotros sería entre las siete y las nueve de la tarde). Era tan tarde que si hubiéramos salido a comer, habríamos cenado casi a las once. Entonces apenas llegué a casa, me puse a trabajar y no sé si fue por la hambre, la satisfacción de hacer las cosas yo misma, de ser autora de mi propia cena en casa, o simplemente por el cansancio que nos quitaba el juicio....será un poco de todo, pero debo decir que anoche valió la pena esforzarnos a pesar de nuestra hambre.

La cena consistió en una ensalada de rúcula con una zanahoria cortada muy fina, arroz basmati recalentado con lentejas rojas, salmón con salsa oriental (por así llamarla) y puré de pastinaca.

Para la ensalada:
Se necesita un manojo (o dos) de hojas de rúcula, una zanahoria cortada en tiritas finas, sal, vinagre balsámico, un chorro de miel y mucho aceite de oliva.

Para el arroz basmati con lentejas rojas:
Siempre preparo este tipo de arroz con las lentejas rojas. Lavo el arroz y las lentejas, luego lo pongo a cocer con el doble de agua, una buena cantidad de sal y algo de aceite o mantequilla. Se puede perfumar con una hoja de laurel también.

Para el salmón:
Teníamos dos trocitos con la piel. Lo freí en una sartén con un poco de aceite de oliva.

Para la salsa:
Calenté a fuego lento la siguiente mezcla: una cucharadita de mermelada de naranja con dos cucharaditas de salsa de soja, casi una cucharadita de almidón de maíz, un diente de ajo, dos trocitos de jengibre que equivalían en tamaño dos dientes de ajo, media taza de agua.

Para el puré de pastinaca:
Lavé y corté en tres, cuatro partes dos pastinacas y los eché al agua hirviendo, que había salado como para hacer la pasta. Las dejé hervir por un rato, hasta que se deshacían cuando intentaba pincharlas con un tenedor. Cuando estaban bien cocidas, escurrí el agua, luego las aplasté con una cuchara y agregué lo que equivaldría una cuchara de mantequilla y una taza de leche de soja.

Al momento de comer: coloqué el arroz por un lado del plato hasta cubrir casi la mitad de ésto, luego dos cucharas del puré de pastinaca al lado, el salmón por el otro lado, vertiéndole encima la salsa oriental y al final, coloqué entre el arroz y el salmón una porción pequeña de ensalada.

Tiempo de preparación: 30 minutos.

miércoles, marzo 5

Resolución tardía

Me di cuenta de que llevo tanto tiempo investigando opciones para las sobrinas italianas y amigas italófilas de sobrinas italianas(en realidad una amiga de una sobrina), que he perdido de vista mis propios sueños, que poco a poco estoy recuperando a través de este blog; es decir, realizar un viaje de más de un mes en un país de habla hispana. Las largas estancias en Italia no me molestan para nada, pero cada año me llevan más cerca y más lejos de un sueño que nació del capricho de mi padre al ponerme un nombre hispano. Y en cierto sentido, la globalización nos permite explorar mundos ajenos, de modo que podemos dejarnos llevar por las características culturales que más encanto tienen para nuestras sensibilidades.

Mi marido declara perplejo que nunca me ha oído hablar coreano, y es que para mí se ha convertido en lenguaje secreto de mi pasado. En otros tiempos, quizás no habría habido ocasión para esta fragmentación lingüística y cultural--por ejemplo, si mis padres se hubieran quedado en Corea y si yo hubiera crecido allí. Pero de alguna parte he heredado esta curiosidad cultural y el deseo de conocer otros mundos.

Quizás a medida que lo innato vaya desfamiliarizándose, se hará de nuevo objeto de mi curiosidad. En tanto, estoy decidida a enseñar a la futura generación todo lo que conozco de mi lengua madre, aún cuando las lenguas que se oirán con más frecuencia en nuestra casa serán el español, el italiano y, obviamente, el inglés.

Pero basta ya de hablar. ¡Todos a comer, que ya es la hora del almuerzo!