jueves, octubre 20

Lourdes Muñoz Santamaría. Pa' qué sirve un blog?

Aquí verán la narración de lo que vivió una política en New Orleans en los días durante y después del paso del huracán Katrina por esa ciudad.

Enlazo también la página de El País, donde se encuentra la entrevista con la misma política después de que hubo publicado su blog.

Por cierto, surgen varias preguntas a medida que uno va leyendo su relato. Sin embargo, en el espacio del blog, hay cierta política que se debe respetar. Las críticas y los insultos no se hacen desde detrás de la máscara (cobarde) del anonimato, cosa de que algunos lectores de su historia se aprovecharon.

El blog, como cualquier medio impreso, viene leído con una dosis de sospecha, lo cual pone en tela de juicio todo indicio de veracidad, autoridad y autenticidad. Es cierto que en el mundo de los blogs pululan los elogios de la ficción, o las versiones de la verdad vestidas de ficción, o la verdad revestida de aires ficticios...qué sé yo...es todo verósimil sin ser verídico.

Pero lejos de indagar la cuestión res/verba, lo que quería señalar fue eso, que simplemente el blog tiene su política de discurso honesto y discreto, con lo que implican todas las acepciones de estas voces. He leído en varios sitios las quejas de los bloggers, cuyas amistades les habían comentado que no todo en el blog era suyo, que habían copiado artículos de otras partes; en otra entrega, otra blogger comentaba que se sentía vulnerable después de que su hermana había leído su blog; me han contado de blogs "falsos" y "anónimos" que se abrieron con la vaga y vana esperanza de sus autores de poder publicar su expresión más íntima sin ser identificados, empresa fallida en el momento en que fueron descubiertos.

Con todo esto, quién puede creer a quién? No quiero ser relativista, pero es que sí, todo es muy relativo y tanto la belleza, como la verdad, se convierte en otra faceta más de nuestra propia percepción de la realidad que tocamos o la que nos toca a nosotros.

Pero qué tiene que ver con el relato de Lourdes Muñoz Santamaría?

Mi protesta es contra quienes violaron el código de la discreción en el mundo de los blogs, lanzando insultos de manera pueril e indiscreto. Pero vamos, tampoco sirve en el mundo real, sólo que en la intimidad de nuestro espacio personal, demarcado por la cercanía de la pantalla del computador a nuestros propios ojos, todo parece estar a nuestro alcance.

Incluso la vida de nuestros prójimos....no tan prójimos.

Hasta que nos convirtamos todos en un Ser Supremo, insisto en que hay una línea divisoria entre nuestras palabras y nuestras pequeñas hazañas; la pantalla sirve de línea invisible entre la ficción y la verdad; para traspasar esa línea, hace falta el gesto imposible de pasar por la pantalla.

El blog no es la casa entera. Es el jardín que da muestras del interior de la casa.

Las buenas intenciones y la buena literatura

Juan Marsé dimite del jurado del Premio Planeta
"Mi derecho a buscar y decir la verdad está por encima del relumbrón del premio"

ROSA MORA - Barcelona

EL PAÍS - Cultura - 18-10-2005
Ésta es la crónica de una dimisión anunciada. Juan Marsé explica en un comunicado emitido ayer que ya en 2004, después de la concesión del 53º Premio Planeta, planteó una serie de cambios en el sistema de elección y evaluación de las novelas finalistas. No ha sido atendida y ha dimitido. Dos días después del fallo de la 54º edición ha presentado su dimisión. "Mi derecho a buscar y decir la verdad, mi verdad, está por encima del relumbrón y el festejo del mejor premio del mundo", declaró ayer. "Sé, además, que mintiendo no le hago ningún bien ni a los premiados ni a mis compañeros del jurado. Y tampoco me parece ético, en las ruedas de prensa o de cara al público, cuando se me pregunta, dar la callada por respuesta. De todo eso le hablé al editor José Manuel Lara Bosch en las dos reuniones previas al fallo de este año, pero no han sido atendidas".

Fue precisamente una pregunta en la conferencia de prensa del pasado viernes, el día antes de la concesión del premio, la que desató la polémica. Un periodista requirió su opinión sobre el nivel de calidad de las novelas presentadas. Marsé respondió contundente: "Mi opinión personal es que el nivel es bajo y en algunos tramos subterráneo. Alguna novela promete, apunta alto en sus planteamientos, pero se acaba frustrando. El premio no puede quedar desierto, así que nos vemos obligados a votar la menos mala".

Ganó el Planeta la escritora mallorquina Maria de la Pau Janer, con Pasiones romanas, y quedó finalista el peruano Jaime Bayly, con Y de repente un ángel.

"Ocurre, simplemente, que estoy un poco harto de novelas insustanciales con premio o sin premio que ocupan tanto espacio mediático en perjuicio de otras con empeños más honestos y ambiciosos, pero que apenas les dejan espacio para respirar", declaró ayer Marsé. "Sé que esto tiene difícil arreglo, que así está el mercado, que el cotarro cultural y mediático es el que tenemos y que responde a intereses y bolsillos que tienen muy poco que ver con la literatura según yo la entiendo, pero en cualquier caso yo me niego a dar gato por liebre, ya sea como miembro del jurado en un concurso literario o como simple ciudadano al que le piden una opinión sobre un libro".

"Poco después de la concesión del Premio Planeta 2004 y de mi primera experiencia en el mismo como miembro del jurado, solicité una reunión con el editor José Manuel Lara Bosch, promotor del premio, y con Manuel Lombardero, secretario del jurado. En esa reunión expuse algunas sugerencias sobre posibles cambios en el proceso de selección y evaluación de las obras destinadas a pasar a la final, además de otras cuestiones relativas al jurado y a sus atribuciones ante los medios de comunicación, que no considero necesario detallar aquí", afirma Marsé en el comunicado. "Dejé claro al editor de Planeta que si tales sugerencias no eran atendidas con vistas al siguiente concurso, presentaría mi dimisión como miembro del jurado".

"Considero que tales sugerencias han sido atendidas sólo parcialmente y no me satisfacen, por lo que renuncio desde hoy [por ayer] a mi puesto, a mis competencias como jurado del Premio Planeta, y así lo he comunicado al editor José Manuel Lara y al secretario del jurado, Manuel Lombardero", concluye.

"Aunque sólo fuera por respeto a los demás autores que se han presentado al concurso y no han llegado a la final, yo no podía celebrar las novelas ganadoras, que considero fallidas. Los autores, que esta vez no han llegado, también merecen la verdad. Lamento ser el malo de la peli, y reitero mi respeto a los compañeros del jurado, a su secretario y a su portavoz, pero creo que lo mejor es que me retire", declaró a este diario.

"En cuanto a la novela ganadora y a la finalista, no dudo de las buenas intenciones de la autora y el autor respectivos y les deseo lo mejor en próximas aventuras, pero las buenas intenciones no tienen nada que ver con la buena literatura".

"Me gustaría añadir lo que ya dije una vez en relación con la literatura de ficción, tal como hoy se nos vende, en tanto premios: que es una literatura que se asemeja cada vez más al mundo del prêt-á-porter, y que el verdadero reto para un escritor actual no es entrar en ese mundo, sino ser capaz de rechazarlo".

artículo tomado de aquí.

martes, octubre 4

No será casualidad...



...que este monumento había durado tanto tiempo en su momento, mientras que la réplica en Nashville TN, ha sido concebida como cosa temporal de exhibición y por tanto construida con yeso. Luego la fortificaron con hormigón y acero, lo cual me parece un ejemplo perfecto del modus operandi de esta parte de las Américas.

Topé con un artículo en wikipedia.com sobre el Partenón mientras leía sobre la sección dorada. Nos hablaba de esto un maestro del sexto grado, que era un loco remate (lo digo con todo cariño) que coqueteaba con la maestra de la clase de al lado (¡y eso de que la gente dice que los niños son inocentes!).

Mo', quién sabe si volveré a esta idea --digo, la de la sección dorada-- que, por cierto, se ha aplicado a la música de Bach. Sería espantoso aplicar la sección dorada a las obras del Siglo Aúreo.

O, a lo mejor, será oro.