viernes, diciembre 31

Roogie ("Rugui") Mogg and Danni Smoog


Personajes del suenho de anoche:

Estoy en una habitacion cuya ventana esta' tapada por una persiana blanca y una cortina blanca y muy fina (como en casa de mis padres). Es mi habitacion de la residencia estudiantil; me explican que aqui en caso de un incendio, me vendran a buscar los bomberos, como en cualquier otra residencia o apartamento de la universidad.

Tengo dos vecinos: uno que se llama Roogie Mogg y otro que se llama Danni Smoog.

Estoy caminando afuera, acompanhada de un colega de mi departamento en la universidad. Mientras andamos de un edificio a otro, le explico que quiero hacer la tesis en nueve meses y que no pienso maquillarme durante ese periodo ni banharme mas de una vez a la semana. Mi colega me responde:
-Una vez a la semana ya es mucho para mi.
Cruzamos el cesped, pasando un arbusto; hace sol y muy cerca de nosotros va pasando gente. A unos diez metros hay una calle por la cual pasa un poco de trafico. Al entrar en el edificio, que es donde vivo, el colega me comenta que para hacer la tesis en el tiempo indicado, hay que trabajar a tope. Hay que entregarse por completo a la tarea. Aqui es donde le contesto con lo del maquillaje y de banharme solo una vez a la semana.

Entonces, vamos llegando a mi habitacion y mi colega me pregunta por mis vecinos. Estoy pensando que hace mucho tiempo que no vivia en una residencia estudiantil (y eso que solo lo aguante por tres meses); justo por la proximidad de los vecinos estoy un poco incomoda.
-Uno se llama Danni Smoog.
-Ah, ella es tu vecina...
-(Ella?)
-Si, ella forma parte de una banda (de musica "alternativa"). Genial. Son muy conocidos.
-Y el otro vecino es Roogie Mogg.
-Ah, el famoso comico? Entonces te divertiras mucho viviendo aqui.

(Me despiertan)

martes, diciembre 28

Estudio Op. 10, no. 12, el "Revolucionario"

Apenas escrito lo anterior sobre Chopin, se me presentó la otra cara de la moneda. Además de su enfermedad, tema del libro The Long Suffering of Chopin (ver aquí un artículo sobre el tema), su amor por Constanza Gladkowska, su relación con George Sand, su temperamento delicado y aristocrático, hay que recordar (como si fuera poco) su doble ascendencia: francesa por la línea paterna y polaca por la de la madre. De allí que se bosqueja una fuerte identificación con la patria materna, la cual tiñe y hasta inunda el estudio op. 10, no. 12, que Chopin compondría en 1830, tras recibir la noticia que se había derrotado a la insurrección polaca. Un mes antes, le había dedicado su Concierto en mi menor a Constanza, por quien sentía un ardor "imposible de declarar, desgraciadamente". En las dos pasiones del compositor polaco-francés, se distingue siempre la nota melancólica de uno que está ajeno a sus propias circunstancias. El lirismo del concierto que le dedicó a Costanza cede paso a las escalas tumultuosas del estudio "revolucionario".

Cabe mencionar que este estudio aparece en la lista de repertorio de innumerables concursos dados en todas partes del mundo. Es tan fundamental en la formación de cualquier pianista como lo es la oliva en el mediterráneo. Entonces cuando mi hermana me pidió consejos para tocarlo, se me ocurrió que había que tocarlo como si le importara un pito el mundo.* La imagen que se me trazó en la mente fue la de uno que está al borde de un precipicio, pero que no se siente ningún miedo a caerse ni a morir en el mismo instante. Hay que olvidarse de la música, no se logra nada ocupándose del fraseo ni del timing. Todo viene de esa sensación vertiginosa, de provocarle miedo al público, que seguramente habrá oído este estudio mil veces en el último mes. Tocarlo con vértigo, con quizás una mirada final hacia atrás, pero hacia un pasado que ya no existe, hacia una patria que se ha borrado. Pero como el gesto poético de uno que en medio del campo de batalla escribe sus versos (otro día se pensará sobre Montale), el poeta se interrumpe y se arroja alocado de su sitio precario al borde del precipicio. Un campo ideal será, pues Chopin componía lejos de Varsovia, desde su sala en Viena.

Pero igual hay que pegarle un susto increíble a quien tenga la mala fortuna de acercarse a ese campo, a ese precipicio revolucionario, porque en la locura es donde reside la máxima cordura.

Otros artículos: Revista clásica, El Festival Chopin en Mallorca

domingo, diciembre 26

Las tonadillas de Enrique Granados (1867-1916)

Todo esto empezó hace siete años, cuando me aprendí "El tra la la y el punteado" de Granados. No me di cuenta de que había pasado tanto tiempo, y en tanto había estudiado también el "Allegro de concierto" y "La maja y el ruiseñor", para piano. Al principio, todo me sonaba como una variación de Chopin, pero luego, poco a poco se me fue esclareciendo la cosa: el lenguaje de Granados es el de uno que canta el amor en toda su gloria, en toda su desdicha, para luego arrojarse al mar para salvarlo en medio del naufragio. Chopin, por su parte, imitaba el canto de la muchacha de la que se había enamorado a los diecinueve años, que cantaba ópera. Por eso que en sus melodías se perciben los rastros de la voz feminina, trazada en los tercios del estilo de la ópera italiana. Granados, por otro lado, murió tratando de salvar a su esposa cuando el barco en que viajaban fue torpedeado.

No hay duda de que me han servido los años de estudiar literatura hispánica para que yo comprenda mejor el lenguaje de Granados. A "El tra la la" puedo agregar "El majo discreto", cuya letra canté por meses sin darme cuenta de lo que decía, que en vez de "quien a mano ve", la letra decía "quien ama no ve". Casualidad puntual, diría yo. Y para rematar, concluiré con la letra de "El majo tímido":

Llega a mi reja y me mira por la noche un majo,
que en cuanto me ve y suspira se va calle abajo,
¡Ay! Qué tío más tardío,
Si así se pasa la vida,
Estoy divertida.

viernes, diciembre 24

Termino descabezado

Para nuestros exámenes de literatura medieval, la profesora siempre juntaba una listota de nombres, fechas, títulos, reyes, personajes, tigres y mermelada (sólo para hacerla parecer más redonda, ¿eh?--es decir, la listota). Entonces, los miembros de esa clase nos poníamos de acuerdo, dividíamos para conquistar y nos mandábamos mensajes crípticos con de diez a doce descripciones de una Fiammetta o de un tal Enrique. Nuestro argentino in residence (¡que siempre hay que haber uno que nos enseñe los encantos del mate, che!) nos mandó un párrafo larguísimo, sobre no sé quien que concluyó con una aseveración preocupante: "y termino descabezado". Las posibilidades que se me presentaron en aquel momento consistían en lo siguiente: 1. era una nota autobiográfica inserta de manera subversiva en las lecciones sobre lo medieval; 2. calificación rotunda de ese componente tomado de la listota de la profesorota; 3. la simple falta de un acento en su lugar indicado, aunque queda bastante sosa como explicación después de tantos años de huir de lo medieval por el miedo descojonante de que me pasara lo mismo que a nuestro colega, el argentino in residence.

Los símbolos de la amistad

Uno piensa en la amistad, en los momentos compartidos, los recuerdos y las experiencias....y tal. A mí lo que me encanta es que todo lo vivido se resume con dos palabras:

1. con mi hermana: "oh yeah", porque hablamos de una de sus alumnas de piano, muy lista, muy categórica; una muchachita de apenas doce años que hablaba como un adulto, respondiendo y afirmando a la vez con estas dos sílabas, que luego se convirtieron en un refrán propiamente nuestro.

2. con GC: "Oimaigá", porque nos gusta jugar con el lenguaje.

3. con Fa: todo lo relacionado a las ranas, porque una vez conté un chiste sobre una rana, aquella "della bocca larga". De allí surgieron mis apodos: Ranocchia, Ranita, Ranitella (combinado con "Coccinella" por una de las fiestas de Jalouín, cuando me disfracé de mariquita).

4. con G y C: "epa, rata, ¿qué pasó?"...saludo formal entre los miembros del trío que consistía en G, C y yo. Con G., siempre que él me contaba sus historias de amor, cuando llegaba a cierto punto decisivo en la narración, lo resumía todo diciendo simplemente: "y tal".

5. con D y F: "belleza" porque una noche nos quedamos en frente de la página del BBC, donde hay lecciones introductorias a las lenguas extranjeras y repetimos con tanta dedicación las de portugués que uno pensara que nuestras vidas dependieran de las siguientes frases: "eu gostaria de visitar o centro", "eu gostaria de danzar", "belleza", y por último; "todo combinado"....

6. y claro, no se puede prescindir de una nueva añadidura que he adquirido recientemente, y con esto creo que, a lo mejor, ya'tá.

¡Felices fiestas a todos!

jueves, diciembre 23

Una lectura mangorosa

Hay que precisar una cosa. Mi gusto por lo bohemio. Las cosas coloridas, folklóricas, de gustos y de sabores intensos. Sin más, un gusto simple y desenrollado. De allí nacieron cenas y concursos poéticos: cenas cuyo plato principal consistía en un trozo de papel y un lapicero para todos. Un tema, un metro y dos minutos para componer. Concurso poético en el bar más oscuro de Gringolandia, donde todo te recordaba que estamos en un sitio falto de sensibilidad estética. No me refiero a la última moda de los almacenes, ni a los catálogos de Prada. Nosotros, con una botella de vino barato y, de nuevo, con papel y lápiz, trazábamos las figuras de nuestra soledad, de nuestra insatisfacción con la realidad que nos rodeaba, que me sigue rodeando a mí.

Una noche, hace mucho tiempo ya, mis amigos me regalaron un nombre artístico. Ariadna por lo del hilo, Lozano porque era el nombre de la madre de uno de ellos. Habría que hacer un buen análisis, pero en este momento no me conviene, ni me importa. Nos pusimos a leer a Cortázar, a ver a través de la lectura lo que él veía en la milonga, en las criaturas de los clubs, lo que cantaba una en particular, una que se llamaba....Anita Lozano. Las copas quedaron suspensas en ese momento, la lectura se cortó y entre nosotros se entrecruzaron las miradas. Qué cosas de la lectura. No, no la conocíamos a esa Ana, ni existía él de los Lozano. No era real nada de lo que pasaba en ese momento; o sea, que no había nada más real en ese momento que lo que acabábamos de leer en las puertas del cielo que se nos abrieron a una continuidad, si no de los parques, al menos de los lozanos.

martes, diciembre 21

Un nuevo espacio

Hace tiempo que he venido manteniendo un blog en italiano. Fue, y de hecho sigue siendo, mi primera experiencia con un blog, inspirada por la iniciativa de Sogni, quien cuenta con virtuosismo sus fantasías nocturnas. Por cierto, el mantener ese blog en italiano me ha llevado en contacto con la cultura, por el hecho de ser un proceso interactivo en el cual los lectores dejan sus comentarios, usando un lenguaje todo coloquial e informal. De allí surgió el deseo de seguir la misma iniciativa, pero en español.

Todavía no he pensado sobre el propósito de este blog, si será un espacio de traducción del sitio en italiano o si será un espacio diferente. Lo cierto es que a medida que fui escribiendo mis recetas en italiano, aprendí tanto vocabulario relacionado a la cocina que ahora cuando busco palabras en mi diccionario español-italiano, muchas veces las busco en italiano, para saber su equivalente en español.

Bueno, seguiré pensando sobre las posibilidades de este espacio. ¿Sugerencias?