viernes, diciembre 24

Termino descabezado

Para nuestros exámenes de literatura medieval, la profesora siempre juntaba una listota de nombres, fechas, títulos, reyes, personajes, tigres y mermelada (sólo para hacerla parecer más redonda, ¿eh?--es decir, la listota). Entonces, los miembros de esa clase nos poníamos de acuerdo, dividíamos para conquistar y nos mandábamos mensajes crípticos con de diez a doce descripciones de una Fiammetta o de un tal Enrique. Nuestro argentino in residence (¡que siempre hay que haber uno que nos enseñe los encantos del mate, che!) nos mandó un párrafo larguísimo, sobre no sé quien que concluyó con una aseveración preocupante: "y termino descabezado". Las posibilidades que se me presentaron en aquel momento consistían en lo siguiente: 1. era una nota autobiográfica inserta de manera subversiva en las lecciones sobre lo medieval; 2. calificación rotunda de ese componente tomado de la listota de la profesorota; 3. la simple falta de un acento en su lugar indicado, aunque queda bastante sosa como explicación después de tantos años de huir de lo medieval por el miedo descojonante de que me pasara lo mismo que a nuestro colega, el argentino in residence.

No hay comentarios: