Aquí estoy después de un lapso de casi un mes. No soy buena para contar días ni para hacer el flan.
En pocas palabras puedo decir que estoy bien, que el tiempo fluye y la salud se mantiene.
Pero si se ha notado alguna que otra omisión de este sitio, es que he querido guardar lo mío para mí, para poderlo elaborar en otra ocasión. Se podría decir que ha habido una crisis bloguística.
El resultado: una toma de consciencia y la decisión de mantener el espíritu espontáneo e informal de los blogs. Si vengo aquí es que este espacio debe de servir como refugio, idilio, escape, lo que sea, de mis tareas académicas e intelectuales. No es para publicar necesidades existenciales ni para exponer versos íntimos, que luego forman otra faceta de mi vida intelectual.
El blog sirve de foro, nos pone en contacto con otras ideas, no importa que el blogspot sea más lento que el Cannocchiale para mí. Aquí también he encontrado tesoros y anécdotas valiosas, cosas que de alguna manera quedaron grabadas en la memoria, como los cuentos del bar de Serpiente de Fuego o los detalles delicados de Elisabeta....
El blog continúa y sigue transformándose.
Amén de los cambios y la fluencia de las mutaciones.
4 comentarios:
Gracias por tu comentario, yo he reanudado una nueva etapa donde quiero que mi blog sea unicamente un refugio donde escapar a veces, por tristeza o por alegria, sólo cuando realmente me apetezca escribir y tampoco por obligación.Besitos
Querida Mango: algún día quisiera saber cómo se escribe un comentario en esta plataforma... soy demasiado ignorante en informática, así que te ruego no te sientas ofendida por los errores que cometo y que pueden restar belleza a tu blog.
¡¡¡ Celebro tu decisión de mantener este blog!!! Yo siempre digo que la vida es como una torta "marmolada" (se prepara dos pastas: una de vainilla y otra de chocolate; luego, en el molde se echa primero la de vainilla y después, como quien hace dibujos zigzagueantes, se va derramando la de chocolate; cuando está cocida se ve claramente la parte de chocolate y la de vainilla, pero han quedado amalgamadas sin confundirse.) Al sacar un trozo de torta marmolada, saco chocolate y vainilla, los dos en una sola rebanada, entremezclados como las vetas de los colores del mármol. A veces, el chocolate es amargo, otras veces es dulce. Hay a quien no le gusta la vainilla y sólo desea el chocolate, y otros a quienes no les gusta el chocolate; lo cierto es que cuando sirvo esa torta y veo a quienes se empeñan por separar el uno de la otra no puedo dejar de sonreír porque lo que consiguen es un montón de migas y unos pequeños trocitos del gusto que prefieren.
Así que sólo puede decirte que te acompaño, como una canción que canta Víctor Heredia, León Gieco y Merecedes Sosa, te digo:
"¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón... No será tan fácil como pensaba, hay que abrir el pecho y sacar el alma... Cuando no haya nadie cerca o lejos, yo vengo a ofrecer mi corazón; cuando los satélites no alcancen, yo vengo a ofrecer mi corazón. Hablo de raíces y de la esperanza.... ¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón".
Y un cálido abrazo. M.E.
-> María Elena, a mí me llamó la atención una frase que has escrito: "cuando está cocida se ve claramente la parte de chocolate y la de vainilla, pero han quedado amalgamadas sin confundirse". Allí está la clave de mis dos blogs y te agradezco por habérmela dado, igual que por tu compañía. Me alegro de que todo te haya ido bien en tu viaje. En casa de mis padres surgió la diagnosis de la misma enfermedad de la que habla Sbloggata. Como se alarga tanto esta respuesta a tu comentario, luego con más calma te mandaré un correo electrónico.
Muchos besos!
me honras con tu mención...
estoy penando en desmontar la serpiente... y asar mis bloqueos intimos al msn... o unirme a unos amigos que quieren hacer uno colectivo...
crisis de la medaiana edad bloguera, ha?
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