viernes, febrero 29

Berenjena.....

Hoy me he dado por leer sobre la berenjena: en esta página se habla del valor nutritivo de esta hortaliza.

Últimamente la preparo con cebolla picada y salsa de tomate, en la sartén, con un diente de ajo y cubro todo con la tapa y dejo que cueza a fuego lento durante media hora. Entonces el pulpo de la berenjena empieza a deshacerse y con el cucharón lo aplasto suavemente, y agrego una cantidad generosa de miel. Está muy rica esta preparación con un poco de pan casero.

Como estoy de humor para enlazar todo, aquí va otro enlace con varias recetas de berenjenas:

Mil y una maneras de preparar las berenjenas.

miércoles, febrero 27

Sopa de albóndigas

Encontré la receta aquí hace casi dos años, pero nunca tuve ocasión de prepararla hasta el diciembre pasado, cuando vino a visitarnos nuestro mejor amigo. La foto representa bien el resultado y debo decir que el arroz le concede una textura casi cremosa a las albóndigas. Vale la pena probar la receta; y, para variar, yo la seguí al pie de la letra y salió sabrosa. Bueno, aquí va mi versión críptica:

Ingredientes:

-para la sopa-
30ml aceite de oliva
1 cebolla picada
1 diente de ajo
120ml salsa de tomate (passata di pomodoro)
3l caldo de pollo o agua o caldo de carne
2 zanahorias grandes, cortadas en rodajas
225g judías verdes, lavadas y despuntadas
340g guisantes congelados
orégano seco
sal y pimienta
100g cilantro fresco

-para las albóndigas-
450g carne de res molida
80g arroz sin cocer (o 100g arroz cocido)
1 huevo
100g hierba buena fresca y/o perejil fresco
8cc sal
una pizca de pimienta


Preparación:

1. Rehogar la cebolla y el ajo en el aceite de oliva. Agregar la salsa de tomate y el caldo; llevar la mezcla a ebullición, luego bajar el fuego y dejar que cuece unos minutos. Luego añadir las zanahorias y las judías verdes.

2. Mezclar el arroz con la carne, agregando al mismo tiempo la hierba buena y/o el perejil, la sal y la pimienta. Echarle al conjunto el huevo crudo y mezclarlo todo bien. Formar las albóndigas y añadirlas al caldo, que se estará cociendo a fuego moderado. Tapar y dejar cocer durante media hora.

3. En los últimos minutos de la cocción, agregar los guisantes, una pizca de orégano seco y ajustar de sal y pimienta.

4. Al servir la sopa, decorar los platos con unas hojas de cilantro fresco (cosa que no hice y no creo que hiciera falta tampoco).

sábado, febrero 23

Hablando de comida...

Lo de la dieta vegetariana de nuestra huésped adolescente se ha resuelto, o se resolverá de la siguiente manera:
1. No es tan fanática como temía, aunque lo de cocinar aparte su comida me sonaba así, pero bien.
2. Que tratará de mantener su vegetarianismo, pero como vea tanta carne y le apetezca comerla, tampoco la rehusará rotundamente si esto significa que no podrá comer nada más y sobre todo si le apetece (y en casa de mis cuñadas, estoy segura de que sí).

Entonces ¿por qué me preocupaba tanto por la tendencia vegetariana de nuestra amiga jovencita? Porque yo, creciendo en una familia monocultural, cuando llegué a la edad de esta chica, me di cuenta de que la carne de res--tan fundamental en la comida coreana-- no me hacía bien, que lo que realmente me gustaba era el modo en que se aliñaba. Entonces sí que tomo en serio las preferencias y las limitaciones alimenticias de mis huéspedes adolescentes, con el objetivo de mejorar poco a poco los hábitos alimenticios y siempre con miras a la salud de estas jóvenes.

Pero cambiando de tema (y a propósito de los hábitos alimenticios), creo que cuando era niña, mi madre me hizo un gran favor al ahorrarse las explicaciones e ir al grano con el cuento de las papas fritas: -M'hija, no comas tantas papas fritas, que morirás jovencita, lo cual abrevié a mi manera deciéndole a la señora que me cuidaba que no quería papas fritas porque no quería morir.

[Este post habla del amor de los coreanos a la comida.]

jueves, febrero 21

Sopa de cebada con champiñones


Ingredientes:

cebada perla
1/2 cebolla picada
300g champiñones cortados
consomé
1 copa de vino tinto
1 cucharada de mantequilla
aceite de oliva

Preparación:


En una olla grande, rehogar la cebolla en un poco de aceite de oliva precalentado. Añadir los champiñones y luego un puñado de cebada perla. Ya que se me había olvidado de agregar la mantequilla antes, lo hice a este punto. Agregar 1 litro de consomé, mezclado con agua y llevar a ebullición.

Dejar que cuece durante unos 15 minutos, luego agregar la copita de vino tinto.

Ajustar de sal.

Para una estupenda receta que contiene cebada, les recomiendo la lectura de este post.

martes, febrero 19

Cuando viajan los jóvenes vegetarianos

Este verano viajaremos a Italia por casi un mes y medio con una adolescente vegetariana que se convirtió a ese dogma cuando se educó a base de la información que publica PETA. Ya que el viaje implica un intercambio cultural y nosotros no la hospedaremos sino que lo harán nuestros cuñados, me estoy obsesionando por el tema de la alimentación de esta chica.

Lo del vegetarianismo no me importa, porque mi marido y yo somos felices como unas lombrices al comer platos sin carne, a veces excluimos los productos lácteos, a veces no....En fin, nuestra dieta incluye elementos vegetarianos y veganos, pero no somos vegetarianos "por dogma" (que in inglés produce un gracioso juego de palabras).

Me parece poco delicado plantearse una postura rigurosa y estricta en cuanto a la dieta cuando uno está en casa ajena, sobre todo porque no habrá quien le cocine su porción de comida vegetariana, no habrán los productos a base de soya como se encuentran con tanta facilidad aquí. En mi experiencia, los vegetarianos son menospreciados en sus viajes, sobre todo a la hora de comer. He visto a camereros que traían platos de espaguétis con salsa de carne a los vegetarianos, luego quitaban la carne y servían el mismo plato, como si esto bastara para convertirlo en plato vegetariano! Y no los critico, sino que entiendo perfectamente ambos lados de la situación.

Creo que la dedicación de nuestra amiga adolescente se debe más a los esfuerzos de su madre, que se quiebra el cerebro para preparar y conseguir comida para su hija. Además, nuestra amiga, aunque es la única vegetariana en su casa, ahora pretende que su madre no prepare su comida en la misma sartén en la que se prepara la comida del resto de la familia.

Veamos lo que pase, que ¡preveo un choque cultural a nivel gastronómico!

Mi pregunta a Uds. es: ¿Qué estrategias recomiendan a los jóvenes vegetarianos que se encuentran en otra cultura, lejos de sus casas? En particular, ¿qué sucedería si una huésped llegara a su casa y dijera que no come carne ni nada que contenga productos animales? ¿Les complicaría mucho la vida?

miércoles, febrero 13

¡Fiesta!

Hace un par de semanas me reuní con una amiga, que mencionó que quería hacer una fiesta para su cumpleaños, pero que su casa era demasiado pequeña y a lo mejor podía invitar a sus amigos a un restaurante, a lo que le dije que podríamos hacer la fiesta en nuestra casa, porque tenemos espacio y además llevamos demasiado tiempo sin hacer fiestas ni nada. Además, queríamos invitar a las mismas personas, así que ¡ya tenemos planeada la fiesta para este viernes!

Entonces.....aquí van las recetas que yo prepararé. No veo la hora de desenchufarme del computador y perderme por unas horas en la cocina.

1. Trufas veganas (sin mantequilla ni leche)
-3/4 taza de anacardos (semillas de marañón)
-3/4 taza de agua fría
-1 libra de chocolate amargo
-cacao en polvo

Según la receta, hay que licuar los anacardos y el agua durante 1 o 2 minutos, mezclar y luego repetir la operación hasta obtener una textura parecida a la de la nata.
Al mismo tiempo, hay que calentar el chocolate en baño maría hasta que se derrite, luego se deja enfriar y se incorpora poco a poco a la crema de anacardo, evitando que se formen burbujas.
Se deja enfriarse el conjunto en la nevera durante 2 horas.
Se forman las bolitas pequeñas, que luego serán cubiertas de cacao en polvo y que serán colocadas en seguida en una bandeja en la nevera.



2. Empanaditas asiáticas

Las haré menos en honor al nuevo año chino que por la simple razón que me encantan las empanaditas asiáticas, igual que la pasta complicada--los tortelloni, por ejemplo--y todo lo que sea bueno, sale mil veces mejor en una empanadita de éstas.

Haremos mil experimentos. Últimamente las hago con puerro cortado en rodajas y aliñado con sal, aceite de oliva y muy poca salsa de soja. Este viernes, las quiero hacer con los siguientes rellenos: las clásicas de porro, puré de patatas, patata dulce, cebolla y berza, carne tritada y perejil....como se ve, esta vez se hará una versión fusion de las empanaditas.



3. Crema de garbanzos (Hummus)

Prometí hacer además una receta auténtica de hummus, usando un ingrediente secreto que sé que casi nadie lo podría adivinar. Como siempre lo hago de modo instintivo, es probable que yo misma no siga bien cada paso de la receta:

una lata de garbanzos
1 o 2 cucharadas de tahini (pasta de sésamo)
2-3 dientes de ajo pelados y machados
agua, limón, sal, aceite de oliva
azúcar

1. escurrir el líquido de los garbanzos.
2. colocar el tahini en la licuadora, junto con media taza de agua y el ajo; procesar por un minuto y agregar una cucharada de azúcar (cuanto menos refinado, mejor); agregar más agua si es necesario y procesar unos 30 segundos más.
3. agregar los garbanzos, y salar; procesar de nuevo.
4. el toque final: ir vertiendo a chorro fino el aceite de oliva por el hueco de la tapa mientras se procesa a una velocidad más lenta.

En algún momento habría que agregar el jugo de medio limón, pero es que no me acuerdo ahora cuándo. ¡Ya recordaré después de la fiesta!

El mejor modo para servir el hummus es en un plato y verter encima una capa de aceite de oliva y decorar la superficie con algo rojo (el pimentón o los tomates picados) y algo verde, como el perejil picado.

4. Hummus, versión mangorosa:

En vez de garbanzos, se usan las espinacas remojadas con un diente de ajo y se agrega un poquitín de salsa de soja.

Mientras tanto, seguiré enchufada al computador, haciendo mis tareas y soñando con mi cocina tan añorada.

¡Que tengan una buenísima semana!

viernes, febrero 1

Tareas domésticas



Estamos en pleno medio de nuestro año nupcial: para precisar, comenzamos con una breve pero elegante ceremonia aquí donde vivimos, a la cual vinieron parientes desde Italia y Canadá, además de un amigo muy querido aquí en EEUU.

Meses después de casarnos, aquí estoy, armando las bomboniere para la recepción que están organizando en Canadá mis padres, para los que nos dieron regalos, aunque no vinieron a la primera ceremonia, ni podrán asistir a aquélla que haremos en Italia en julio.

Es que la fuerza del tiempo, de las tradiciones y de las diferencias culturales entre mis padres y yo han creado un caos global de proporción universal, con implicaciones existenciales: ¿qué es la familia, al fin y al cabo? ¿por qué luchar en contra de las tradiciones cuando éstas forman parte de una economía sociocultural, en la cual han participado nuestras familias? ¿cómo pretender que dos personas puedan cambiar o escapar a toda esa red complicadísima de gestos correspondidos a lo largo de décadas?

Por otro lado, ahora tenemos un pretexto para conversar y negociar, tenemos que planear con meses de anticipación, llegamos a un acuerdo, tomamos decisiones, y aprendemos todos a navegar espacios desconocidos; mis padres descubren que, no todos los matrimonios son iguales, mi esposo está descubriendo que sí que son necesarios e incluso bellos estos eventos y yo estoy descubriendo que las bodas en realidad son un mecanismo de negociación y trabajo en equipo que prepara a ambas familias, junto a la pareja, a realizar otros planes y otras cosas más importantes en el futuro.

Desde fuera, habíamos visto sólo los aspectos superficiales, y al querer huir de éstos, casi nos perdimos esta maravillosa oportunidad para crecer y dejar florecer las expectativas de nuestros parientes.

Es con esta visión que me empeño en preparar con diligencia y no poca reflexión mis bomboniere de la seconda ronda.